La Pesca con Mosca Ahogada o Pesca a la Leonesa.
La pesca con mosca ahogada, también conocida como pesca con buldó o pesca a la leonesa, es sin duda, una de las modalidades de pesca con mosca artificial, más importante de nuestro país, pese a que algunos la consideren una modalidad de segunda categoría.
Y nada más lejos de la
realidad, ya que la pesca con mosca ahogada, es tan antigua como eficaz y
engloba
como no lo hace otra modalidad, técnica, tradición y arte. Es una de
las modalidades más eficaces, ya que
pescamos a distintas alturas de agua y si sabemos mover bien las moscas
tendremos grandes sorpresas.
La efectividad de nuestras moscas ahogadas, radica
el no imitar un tipo de insecto en concreto, o un estado del mismo, sino que,
la imitación que realiza, cubre una gama de insectos y sus diferentes estados, bien amplia,
pudiendo simular un insecto adulto ahogado, una efémera emergente e incluso una
ninfa de tricóptero.
Lo cierto es que dicha
modalidad, a día de hoy, sigue siendo muy efectiva, y nuestras truchas, siguen
siendo engañas por este arte, que se remonta siglos atrás.
Qué equipo necesitamos para pescar con esta disciplina.
Ha de ser ligera
y resistente. La caña de mosca ahogada, como medida recomendada, debería de
medir entre 3,20 y 3,60m, ( para 4
moscas y rastro) y que sólo bajemos esas medidas si la anchura
del río y la vegetación no nos lo permitiera. También es recomendable que la puntera de la
misma, no sea demasiado blanda, para así poder transmitir correctamente el movimiento que dará vida a
nuestras moscas.
En cuanto al Carrete :
No
precisa de unas características especiales. Debe de ser acorde con la caña y
ligero, para tener un equipo bien equilibrado. El ratio de recuperación no
tiene por qué ser muy elevado. Dicho carrete deberá proporcionarnos una
recogida del aparejo, con una velocidad adecuada,
suave y constante, controlando en todo momento la tensión en la línea,
facilitando que la trucha se clave sola.
En cuanto al Aparejo o Cuerda :
La cuerda, que
así se denomina este aparejo, consta de un buldó o boya, y varias moscas atadas, en cortos codales, en
los que se ramifica la línea principal. Podemos encontrar cuerdas de ahogadas
con tres o cuatro moscas, y con o sin la mosca de rastro, que va después del
buldó o boya.
El buldó se llenara
con agua dando el peso necesario para efectuar los lances que precisemos.
La longitud total de
la cuerda, vendrá definido por el número de moscas, la longitud de la caña, y
del tipo de río en el que nos encontremos pescando.
Del Rastro a buldó:
35 cm
De boya a ahogada: 40
cm
De ahogada a semi ahogada:
45 cm, al igual que
los restantes, como podéis ver en la imagen.
Estas medidas
deberemos de respetarlas lo máximo posible, tanto para evitar posibles enredos si las juntamos mucho, así como
evitar que nuestro aparejo sea más visible para las pintonas. Si pescamos sin rastro,
deberíamos de separar 10 cm más, una mosca de otra, pues nos resultará más
fácil, sobre todo al sereno, para no enredarlas.
Referente a la
posición de las moscas, cada posición tiene una función bien definida y si las modificamos,
le restaremos efectividad a la cuerda. Al igual que las medidas son importantes, la posición también.
Jugaremos con ellas dependiendo del cauce, la maleza y la vegetación acuática
del río.
En ríos de mucha vegetación como ranúnculos,
ovas, etc, acortaremos los codales para que no se enganchen, pero nunca demasiado,
pues cuanto más lo hagamos, como hemos dicho anteriormente, será más visible
engaño.
En la foto, podéis ver
como se denomina cada mosca, dependiendo del lugar que ocupa en la cuerda, así
como la posición que debemos darle a dichas moscas, en acción de pesca, sobre o
bajo, el nivel del agua.
Qué función desempeña cada mosca, atendiendo a su posición.
Bailarín.
Es la última mosca de
la cuerda o la mosca de la mano trabaja prácticamente fuera del agua. Se posa y se levanta imitando a un adulto
haciendo la puesta en el agua. Cuando la
eclosión está en pleno apogeo, suele ser la mosca más eficaz, sobre todo cuando
nos sobrepasa la boya y hace la comba.
la medida del codal es de 6,5 a 7 cm a principios de temporada, y de 7 a
7,5 cm en verano.
Semibailarín.
Es la tercera mosca
después de la boya. Imita también a una
emergente, aunque igualmente emula a un adulto en superficie. Todo depende del
movimiento que le demos al puntero de la caña. Esta posición suele ser la mejor
para pescar al sereno, ya que con los
movimientos del puntero es la mosca que mejor trabaja. la medida del codal es de 6 a 6,5 cm a principio de
temporada, y de 6,5 a 7 cm en verano.
Semiahogada.
Se denomina así a la
segunda mosca después de la boya que imita a una emergente. Es para muchos la
mosca más pescadora de la cuerda, que lo hace unos milímetros por debajo de la
superficie del agua donde las truchas no recelan tanto.
También imita a
insectos que ya han hecho el ciclo y bajan muertos a la deriva. La
longitud del codal es de 5 a 5,5 cm a
principio de temporada, y de 5,5 a 6 cm en verano
Ahogada.
Es la primera mosca
que va delante de la boya e imita a una
ninfa emergiendo. Suele dar mejores resultados antes de las horas punta de las
cebas. La medida del codal es de 4 a 5
cm en invierno, y de 5 a 5,5 cm en verano.
Boya o Buldó.
La encontraremos en
diversos materiales, colores y formas. Para muchos las mejores, las de goma en un
color transparente y en el nº 1, ya que
tiene suficiente peso para lanzarla.
Uno de los trucos más
eficaces es el llenado, ya que cuanta más agua lleva el río menos agua
pondremos en la boya. Por el contrario, si lleva poca agua el río la llenaremos
más, teniendo en cuenta que nunca debe ir a menos de la mitad ni llena total.
Rastro.
Se le denomina así
porque es la última mosca de la cuerda,
la que va detrás de la boya. Hace el efecto de una ninfa cuando estamos
pescando aguas arriba, pero cuando llega a nuestra altura y nos sobrepasa aguas
abajo da la impresión de que está subiendo para emerger. En esta posición se
puede poner tanto una ninfa como una mosca.
Si pescamos con una ninfa plomeada podemos
buscar las truchas al ras del suelo cuando están muy bajas y para ello pondremos el codal más largo de lo
normal. Para plomear las ninfas utilizaremos una cabeza
dorada.
Como veis, cada una de las moscas imita distintas
fases del insecto, por eso es conveniente respetar las medidas de la cuerda,
así como trabajar correctamente el aparejo, para abarcar todas esas fases y
obtener mejores resultados.
Para confeccionar la cuerda de ahogadas, el nudo
para anudar los codales a la línea principal, no es nada complicado y permite
que el codal con la mosca quede perpendicular a 90º con la línea principal.
Podéis ver como se realiza este nudo en el vídeo.
Y para unir la mosca al sedal podéis utilizar este
sencillo nudo.
Las Moscas ahogadas y sus colores.
Cualquier color, en principio, puede ser
bueno. Pero para ayudaros a confeccionar la cuerda de ahogadas, lo mejor es
fijarse en los colores del entorno. Ocres, verdes, amarillos …(Los insectos y animales
suelen por lo general tener colores muy similares al entorno para pasar
desapercibidos por sus depredadores).
Como regla general, buscaremos colores fríos y oscuros a
primeros de temporada, y según el tiempo empieza a mejorar van siendo más
claros y llamativos.
Aquí podréis ver, algunas
recomendaciones, ( para un estado, digámoslo así, normal de las aguas y el tiempo),recopiladas
de la revista “Trofeo Pesca” , que podéis seguir para confeccionar vuestras
cuerdas de ahogada. Aunque como siempre, no será la primera ni la última vez,
que se saca una buena trucha con una mosca que no es de la temporada.
Como pescar a la Leonesa o con mosca ahogada.
Los primeros lances los haremos donde vamos a
pisar, o hacia la zona que elegimos para posicionarnos dentro del río, sin
hacer lances largos, ya que las mayores truchas casi siempre se encuentran en
tres dedos de agua.
Una vez ocupada la posición elegida,
lanzaremos perpendicular nuestra posición, unos 45º agua arriba y dejando
derivar la boya hasta que rayen en el agua. Este arco que hace la cuerda antes
de estirarse se denomina "comba'',
y es un buen momento para que las truchas se sientan atraídas por las moscas, ya
que es cuando menos se ve el engaño. Si
en ese momento damos unos pequeños golpes de puntero, la haremos "bailar”.
Otra recomendación es que el primer lance no
sobrepasase el medio del río. El segundo será algo más lejos, sin buscar la
otra orilla, pues no todas las truchas están todas al otro lado y si por
casualidad clavásemos una estropearíamos el tramo que deberíamos haber pescado
antes.
Es conveniente buscar apostaderos como rocas, árboles caídos
y lugares donde entre mucha comida. Todo ello basándonos en el principio de que
mucha comida igual a mínimo esfuerzo.
Tras el lance y una vez ha caído la boya sobre el
agua, la línea deberá estar lo más tensa posible, sín arrastrar las moscas y el
buldó, e ir recogiendo poco a poco mientras las moscas derivan por el agua
"de forma natural", o sea, a la velocidad de la corriente. Una vez la
línea haya hecho el recorrido y cuando se ponga paralela al agua, recogeremos
suavemente (para no alertar de nuestra presencia y asustar los posibles
ejemplares cercanos) y volveremos a repetir la operación.
El ángulo de la caña sobre el agua, para que
funcione correctamente nuestro engaño, será la que nos indica el Bailarín, que
como hemos dicho, deberá de brincar sobre el agua, sin llegar a derivar posada
todo el rato o hundida.
Por último, la cuerda
siempre tiene que estar a nuestra vista, ya que si no es así dejaremos de ver
muchas subidas.